Imagen de un radiólogo observando una radiografía

Curiosidades y consejos antes de realizarse una radiografía

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La radiografía es una prueba diagnóstica que lleva con nosotros desde 1895, fecha en la que el físico alemán Wilhem Conrad Röntgen descubrió los rayos X. Le hizo la primera radiografía a su mujer en la mano, quien al ver el resultado, es decir, ver su propio esqueleto, se negó horrorizada a seguir participando en los siguientes experimentos.

Esta anécdota resulta graciosa porque estamos más que acostumbrados a ver esqueletos en el cine fantástico y de terror o sin ir más lejos, en nuestras mismas pruebas diagnósticas. Gracias a la ciencia, ya somos capaces de mirar sin terror, junto al doctor, qué problema ha ayudado a dilucidar la radiografía iluminada por la lámpara.

Al ser la radiografía una prueba diagnóstica con una larga trayectoria entre nosotros, los avances tecnológicos han permitido que con el tiempo se vuelva más y más segura. Sin embargo, es frecuente que con curiosidad nuestro equipo reciba preguntas respecto a los posibles daños del procedimiento, preguntas que son completamente comprensibles. Pero antes, una pequeña explicación para entender mejor de qué estamos hablando.

¿Sabías que recibimos radiación en nuestro día a día?

El concepto radiación de fondo viene a iluminarnos en este aspecto. Y es que, estamos expuestos a radiación diariamente desde distintas fuentes. Algunas de origen más natural otras más artificial. Los minerales que se encuentran en el medio ambiente, los rayos solares y provenientes del espacio, o el gas radón en casa, son algunos de los medios por los que recibimos radiación.

La cantidad de exposición cambia de país a país, ya que, depende mucho de la zona geográfica, la industria, las medidas medioambientales, y la propia naturaleza inmediata en sí. Algunas fuentes son evitables pero la mayoría de momento no. Entre tanto que la radiación natural permanezca bajo umbrales seguros, no debería suponer motivo de alerta.

¿A cuánta radiación te expones por una radiografía?

La radiación se mide en Sieverts (Sv), pero para hablar de radiación se suele hablar en milisieverts (mSv). La cantidad de radiación que se recibe difiere según el estudio por imágenes al que se haya expuesto.

Por ejemplo, una radiografía de tórax común, supone una radiación de 0.1 mSv ¿Y cuánto es esto, para que podamos entendernos? Si lo comparamos con la radiación de fondo, de la que hablábamos antes, es aproximadamente la radiación a la que las personas se exponen de manera natural durante 10 días. Para comparar con otro dato, una mamografía te expone a 0.4 mSv, lo que en radiación de fondo sería unas 7 semanas.

Médicos enseñando a un paciente una radiografía dental
Imagen de los expertos mostrando al paciente una radiografía dental

¿Cómo de peligroso es este procedimiento?

Mientras que la radiación natural nos acompaña durante toda nuestra vida y no supone mayor preocupación, la que proviene de fuentes creadas por el ser humano debe ser usada lo menos posible, con precaución y conocimiento.

Los riesgos a tener en cuenta son los siguientes:

  • Aumenta de forma reducida la posibilidad de desarrollar cáncer posteriormente en la vida.
  • A niveles muy altos de radiación puede provocar cataratas y quemaduras en la piel.
  • A mayor dosis de radiación por examen, repeticiones y número de pruebas, mayor es el riesgo de cáncer.
  • Recibir rayos X a una edad temprana aumenta el riesgo de cáncer en mayor medida que en alguien más adulto.
  • Las mujeres tienen un riesgo de por vida ligeramente más alto que los hombres a desarrollar cáncer por radiación.

Dicho de otra manera, no se deben hacer pruebas radiológicas a no ser que sea estrictamente necesario. Aunque los peligros sean reducidos, la suma de exposiciones a la radiación, la edad, así como el género del paciente, deben tenerse en cuenta a largo plazo.

Protección de pacientes y profesionales ante la exposición a radiaciones médicas ionizantes

¿Qué dice la legislación al respecto de la exposición de pacientes y profesionales a las radiaciones médicas ionizantes? Para profundizar en ello tenemos que hacer referencia, por un lado, a una normativa europea y, por otro, a un Real Decreto. Empecemos por lo que dispuso el Consejo Europeo el 5 de diciembre del año 2013. Se trata de la Directiva 2013/59/EURATOM desde la que se definieron una serie de normas básicas de seguridad para proteger de los peligros de la exposición a radiaciones ionizantes.

Así, esta normativa agrupaba todo lo que ya venía publicando la Comunidad Europea sobre protección radiológica, tanto para pacientes como para profesionales que trabajan con dichas radiaciones. Algunas cuestiones en las que se centró el dictamen fue, entre otras muchas, la garantía de límites de dosis compatibles con la seguridad, niveles de contaminación admisibles, principios de vigilancia sanitaria de los trabajadores o la obligación de registrar por paciente la dosis que reciben en exploraciones de radiodiagnósticos, especialmente TAC. Desde la publicación del texto, los estados miembros tendrían un plazo de cuatro años para implementar todas las recomendaciones.

En octubre de 2019, el Ministerio de Sanidad informó de que el Real Decreto 601/2019 que se aprobó trasponía parcialmente lo establecido en la Directiva 2013/59/EURATOM. De esta forma, se publicaron en el Boletín Oficial del Estado (BOE) reglas, garantías y requisitos para que se extremara la protección de pacientes y profesionales ante las radiaciones médicas ionizantes en nuestro país.

El objetivo fue aumentar el rigor ante el crecimiento de estas exposiciones por las introducciones de nuevos procedimientos en las prácticas clínicas. Para lograrlo, el Real Decretó reflejó, entre otras claves, el control de calidad para los equipos, el refuerzo de información a los pacientes o la notificación de las dosis específicas de cada una de las pruebas que utilizan radiación.

Se definieron con más detalle, por ejemplo, las condiciones de la aplicación de las técnicas que implican radiación, para que se mantuvieran las dosis más bajas posibles con el fin de que siempre la exposición supusiera un beneficio neto al respecto de los riesgos que se asuman.

Médico informando al paciente.
El paciente debe estar informado de la dosis de radiación al que se expondrá en cada prueba

El Real Decreto también reconoció el derecho a la información del paciente sobre estos temas. El paciente, según la norma aprobada en 2019, debe estar informado sobre los riesgos y beneficios de las pruebas, así como de la dosis de radiación a la que se va a exponer. Esta información se incluiría en el documento de Consentimiento Informado. El prescriptor y el profesional sanitario responsable del procedimiento serían los encargados de confirmar que esta información llegue al paciente, sobre todo cuando hablamos de procedimientos que requieren una dosis alta de radiación. En estos con altas dosis, la información se recogerá en un informe dosimétrico que, a su vez, formará parte de su historial clínico para que pueda ser tenido en cuenta a lo largo de la vida del paciente.

En la línea de lo anterior, en la norma se recogieron requisitos técnicos para los equipos médicos-radiológicos. Fundamentalmente hacían referencia a la capacidad de dichos equipos para informar sobre la cantidad de radiación producida en una prueba y los parámetros necesarios para evaluar la dosis administrada.

Observando más en detalle el Real Decreto es posible encontrar aspectos sobre la protección de la infancia, de la mujer durante el embarazo y en la lactancia, de los cuidadores, de los que se vean involucrados en exposiciones accidentales y de aquellos voluntarios que participan en programas de investigación.

Asimismo, también es posible encontrar una definición más concisa sobre las responsabilidades de los profesionales implicados en los procedimientos médicos y se contempla la posibilidad de formación para profesionales en Protección Radiológica.

Si quieres ampliar la información sobre las novedades legislativas que supuso el Real Decreto 601/2019 puedes acudir a documento sobre preguntas y respuestas que elaboraron los expertos de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM).

¿Cuántas radiografías me puedo hacer al año?

Volviendo a la cuestión práctica sobre la que veníamos hablando de la radiografía. Es tarea del profesional de la medicina evaluar la justificación de realizar una radiografía o no. Así, no hay un límite de radiografías o de dosis de radiación al año. Si está en juego la supervivencia o salud de un paciente, el riesgo de una radiografía u otra prueba que exponga a radiación será siempre mucho menor que el de no hacerlo.

Precauciones antes de realizar una radiografía

No está de más recordar la forma adecuada de prepararse antes de esta prueba diagnóstica. Estas son las medidas a llevar a cabo:

  1. Hable con el profesional antes de realizar la prueba. Si tienes sospechas de embarazo o estás en periodo de lactancia has de comunicarlo, pues este nivel de exposición es peligroso para un feto en desarrollo.
  2. Pregunta si es necesario realizar ayuno de 8 o 12 horas. Para algunas partes del cuerpo como el tracto digestivo será oportuno.
  3. Acude con tiempo a la cita, es posible que tengas que rellenar algún formulario.
  4. Ve al baño antes de empezar, pues cuando empiece el procedimiento no será posible pararlo.
  5. Lleva ropa cómoda y evita los complementos metálicos. Igualmente el profesional te volverá a recordar antes de la prueba esta advertencia y tendrás oportunidad de quitarte joyas u otros objetos que molesten.

¿Qué pasa si aparece un metal en la radiografía?

Es posible que se nos haya olvidado que por ejemplo el sujetador suele tener un cierre metálico y ahora aparece en nuestra radiografía de tórax. Por sí solo no es que vaya a hacer daño a tu organismo. Pero pueden pasar dos cosas: que esa pieza lleve a un diagnóstico erróneo o que obstaculice el diagnóstico real. Lo cual, nos llevaría a repetir y doblar la dosis de radiación, aumentando la peligrosidad del procedimiento.

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Comentarios

Un comentario

  1. Muchas gracias por compartir información valiosa que muchas veces damos por alto. La radiología es una rama de la medicina que lleva con nosotros más de 100 años y que está en constante evolución para ser cada vez más segura.

    Las pruebas de detección precoz son necesarias pero no debemos de abusar si no es realmente necesario.

    Valiente información al servicio de todos.

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