Agobio, sensación de ahogamiento, latidos acelerados o pánico. Son sólo algunos de los síntomas que sufren las personas que conviven con claustrofobia cuando acceden a espacios cerrados o con pocas salidas a la vista. Se estima que entre un seis y ocho por ciento de la población mundial sufre este trastorno de miedo irracional, un trastorno que puede llegar a afectar a la vida diaria. Montar en un ascensor, entrar en una tienda pequeña o someterse a una prueba diagnóstica como la resonancia magnética pueden ser generadores considerables de ansiedad para los claustrofóbicos. Acerquémonos más a este miedo y veamos qué se puede hacer para disminuir sus efectos.
Como ya hemos avanzado, la claustrofobia es un trastorno de ansiedad por el cual una persona sufre pánico a permanecer en un espacio cerrado o reducido. El primer pensamiento de quien lo experimenta es que va a quedarse atrapado, sin poder moverse, por eso comienza a avanzar en una fase de agobio e hiperventilación que puede desencadenar en un ataque de pánico. El espacio, realmente, no es el culpable de esa sensación de estrés, son más bien los pensamientos y las emociones de las personas quienes causan esa sintomatología física de ansiedad.
El origen de la claustrofobia puede ser variado y no siempre está relacionado con las vivencias. Alguien puede experimentar este miedo después de haber sufrido una experiencia desagradable dentro de un espacio angosto y oscuro. Las malas sensaciones de ese momento pueden rememorarse cuando se entra a un espacio similar. Otras experiencias, como asociar durante la infancia de forma continuada un cuarto cerrado y oscuro con el castigo, también pueden ser una semilla del trastorno en cuestión.
Sin embargo, episodios como los descritos no son necesarios para que una persona sufra claustrofobia. Una escena de una película en la que se muestra al personaje sufriendo ansiedad y pánico por estar encerrado, como las que se suceden en ‘Buried’; un relato de una experiencia claustrofóbica o una alteración cognitiva por la que se perciba el espacio más pequeño que en la realidad también pueden originar claustrofobia en un determinado momento.
Os dejamos aquí uno de los podcast de la serie ‘La Teoría de la Mente’ donde expertos se centran en acercar el tema la claustrofobia con detalle.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO PARA SUPERAR LA CLAUSTROFOBIA
El conveniente resaltar que la claustrofobia puede aparecer a cualquier edad. Igualmente, puede afectar a hombres y mujeres de forma indistinta. Sin embargo, el portal de especialistas en Psicología Psicólogos.org señala que el pánico a los espacios cerrados y pequeños aparece a partir de los 20 años y es más común en mujeres. Los datos que ya hemos apuntado al inicio señalan que casi una décima parte de la población mundial sufre claustrofobia pero ¿Cuántos solicitan ayuda profesional para combatirla?
La realidad es que el porcentaje de pacientes que recurren a especialistas y a tratamientos para combatir la claustrofobia es bajo. El principal motivo es la tendencia a pensar que este trastorno es controlable si se evitan los lugares cerrados. Esto es, en cierto modo, vivir esquivando aquellas situaciones que generan la incomodidad y alejarse de la posibilidad de enfrentar el miedo. También, muchas personas piensan que no existen tratamientos adaptados a este trastorno.
Hay que saber que una persona puede acudir con naturalidad a su médico y exponer sus síntomas. Los especialistas se basarán, principalmente, en la experiencia del paciente para realizar un diagnóstico. Además, el médico puede plantear una seria de preguntas a modo de cuestionario de claustrofobia, para poder diferenciar los síntomas a través de ítems y esclarecer si se padece miedo al encierro. En este punto relacionado con el diagnóstico médico, es importante que el especialista descarte otras patologías psiquiátricas o neurológicas, puesto que algunas de ellas pueden provocar síntomas similares a los de la claustrofobia. También existen diferentes grados de este trastorno, en función de esto pueden variar también las pautas para superarlo.
Si se descarta la existencia de otras patologías, la mayoría de los casos de claustrofobia que se trabajan se superan con éxito de la mano de especialistas y técnicas adecuadas. En cuanto al tratamiento, el problema se puede acatar desde diferentes vías. Por un lado, la claustrofobia se puede tratar farmacológicamente con la prescripción de antidepresivos, ansiolíticos u otros medicamentos de rescate para combatir la ansiedad puntual. El objetivo de las medicinas será mantener controlados los niveles de nerviosismo del paciente en un escenario susceptible de generar claustrofobia.
Más allá de los fármacos, que por si solos no llevarán a la desaparición total del trastorno, se puede recurrir a tratamientos psicológicos. Existen diferentes técnicas del campo de la Psicología para ayudar a vencer la claustrofobia, pero muchas de ellas se relacionan con la exposición controlada y paulatina del paciente al propio miedo. Según explica la Asociación Madrileña de Agorafobia, AMADAG, estos tratamientos se denominan de desensibilización sistemática y se resumen en tres claves:
- La información psicoeducativa para que la persona pueda conocer qué sucede en su cuerpo y en su mente cuando entra a un espacio pequeño o con pocas salidas. Comprender las respuestas que ofrece el propio organismo ante el medio puede contribuir a perder el temor a la aparición de esas sensaciones.
- Otro punto es consciencia corporal para que el usuario aprenda a escuchar su cuerpo y utilizar esa información para adaptarse a la situación que le provoca ansiedad. Será necesario que la persona se someta a la experiencia estresante y pueda identificar así en qué momento comienzan a aumentar sus pulsaciones o los sudores fríos para enfrentarlos con más tranquilidad.
- Las técnicas de relajación también son útiles para que las personas puedan experimentar cierta relajación ante una sensación claustrofóbica. La respiración profunda o la visualización de escenas positivas puede mitigar las malas sensaciones de la situación hacia las que se tenga temor.
Trabajar con terapia los miedos bajo estas tres premisas puede mejorar mucho la vida de la persona que sufre claustrofobia.
CLAUSTROFOBIA EN EL MOMENTO DE UNA PRUEBA MÉDICA
Ahora que sabemos más del trastorno de la claustrofobia, vamos a enfocar el tema a una situación que puede ser temida por muchos pacientes: la claustrofobia en el momento de una prueba diagnóstica. Las pruebas diagnósticas que pueden incrementar la sensación de agobio en personas claustrofóbicas son la resonancia magnética o la tomografía axial computarizada, más conocida como TAC. Ambas son pruebas avanzadas que permiten la toma de imágenes del interior del cuerpo humano con la ayuda de equipos tecnológicos. Esas imágenes hacen posible la detección y el control de diversas enfermedades.
En el caso de la resonancia, se hace necesario que el paciente se tumbe y entre en el resonador, una especie de tubo. Lo normal es que el este tubo esté iluminado y ventilado, pero se trata de un espacio pequeño que puede generar claustrofobia. Por su parte, en el TAC se vale de un tomógrafo. El tomógrafo es un aro parcialmente abierto, por lo que las posibilidades de sufrir ansiedad por el espacio son menores, pero también pueden darse casos.
En Centro de Diagnóstico, especialistas en la realización de pruebas diagnósticas como la resonancia magnética, hemos querido contar con la experiencia de nuestros pacientes para extraer algunas conclusiones sobre la claustrofobia en el momento de la prueba. Para ello, hemos recurrido al testimonio de una veintena de pacientes que pasaron recientemente por las instalaciones del centro granadino para la realización de una resonancia magnética abierta.
Los pacientes encuestados sintieron diferentes grados de ansiedad ante la prueba diagnóstica, concretamente, más de la mitad experimentaron niveles altos y muy altos de ansiedad. El resto, afirmaron vivir un nivel de ansiedad media. El número de veces por las que ha pasado un paciente por una resonancia por anterioridad también parece influir en el miedo. Todos los pacientes que experimentaron niveles muy altos de ansiedad, salvo uno, se han sometido menos de cinco veces a esta prueba. En cuando a los síntomas experimentados, predominan los relacionados con el nerviosismo y la ansiedad. Los pacientes aseguraban haber sentido durante la prueba:
- Ruido permanente. De hecho, una de las pacientes preguntadas asegura que el ruido le obligó a salir de la sala de la máquina en una experiencia del pasado.
- Sensación de aplastamiento
- Ansiedad y nerviosismo
- Miedo
- Pánico
- Dolor del espalda, posiblemente provocado por la rigidez del lugar donde el paciente debe tumbarse
- Aceleración del pulso y taquicardia
- Falta de apetito posterior
Estas sensaciones llevaron a una décima parte de los pacientes encuestados a no superar la prueba. El resto, la mayoría, superaron la resonancia con éxito utilizando diferentes técnicas. De hecho, tres de los pacientes resaltaron que no tuvieron ningún síntoma en el momento de la realización de la prueba en la máquina abierta.
CONSEJOS PARA SUPERAR LA CLAUSTROFOBIA EN LA RESONANCIA
Para hacer el proceso más llevadero, estos pacientes encuestados recurrieron a diferentes técnicas para superar la prueba, unas más imaginativas que otras. Algunas de estas ideas pueden servir a otros pacientes que sufran los síntomas de la claustrofobia en el momento de la resonancia.
- Controlar la respiración
- Relajarse
- Controlar la mente para no caer en pensamientos negativos y agobiante
- Tomar fármacos que contribuyan a la relajación del cuerpo
- Pedir ayuda al personal siempre que sea necesario
- Mirar a un punto fijo
- Cerrar los ojos y centrar la atención en generar pensamientos agradables y evasivos
- Pedir a un familia que se quede y te acompañe hasta donde pueda
- Hacer una cuenta atrás mentalmente. Uno de los pacientes afirma que contar desde 400 hacia atrás le ayudó a relajarse
- Solicitar que la prueba sea en una máquina abierta, si no estaba definido todavía
- En casos muy extremos, se puede solicitar información sobre la aplicación de anestesia
Además de todos estos métodos para superar la prueba, una de las pacientes aseguró que necesita una preparación especial para pasar por una resonancia. Su miedo reside a una experiencia traumática anterior en una prueba para la especialidad de Traumatología. En ese momento del pasado llegó a ponerse realmente nerviosa y generó un pánico que no ha superado. Por ello, en la actualidad, no olvida el antifaz, los tapones para los oídos y la goma del pelo para recogerse el pelo. Una vez dentro del vestuario, se coloca todos los elementos para no ver ni oír la máquina. El personal del centro es el encargado de guiar a la paciente hasta el lugar de la prueba que, después de todo, termina superando la prueba.
También, la mayor parte de los usuarios encuestaros resaltaron la importancia del trato del personal del centro. Gracias a su labor de acompañamiento y empatía la mayor parte de los pacientes pudieron pasar con más facilidad la prueba diagnóstica.
IMPLEMENTACIONES PARA MEJORAR LA EXPERIENCIA DEL PACIENTE
En Centro de Diagnóstico somos conscientes de la importancia que supone someterse a una prueba diagnóstica. Igualmente, comprendemos la dificultad que pueden experimentar en el momento aquellos pacientes con claustrofobia. Por ello, una de las máximas del centro es seguir trabajando para mejorar las condiciones de las pruebas diagnósticas y que dejen de ser algo a asociado con el nerviosismo.
Para cumplir con esta premisa de mejorar la experiencia del paciente, contamos con Equipos Abiertos No Claustrofóbicos de Alto Campo. La realización de una resonancia magnética abierta con estos equipos tan avanzados minimiza las posibilidades de que el paciente sienta claustrofobia sin que se vea afectada la fiabilidad de los resultados. Además, el año 2021 llegó a nuestros centros una incorporación tecnológica pionera, Innovisión.
Innovisión es un sistema de entretenimiento que se pone en marcha en el momento de desarrollar la prueba. Así, el paciente puede disfrutar de películas y otras piezas audiovisuales para evadirse del nerviosismo o de esa temida sensación de claustrofobia. El uso recurrente de este sistema nos permite afirmar que reduce el estrés y la ansiedad en los pacientes, transformando la experiencia en un examen rápido y cómodo.
Por otro lado, dejando a un lado los avance tecnológicos, hemos señalado con anterioridad en los datos sobre nuestros pacientes la importancia del trato del personal del centro. Desde Centro de Diagnóstico se prioriza ofrecer el servicio con la máxima empatía posible. Cuando un paciente llega temeroso a someterse a una prueba como la resonancia magnética, es importante entender su caso y acompañarle para ofrecerle la mejor calidad en su asistencia.
Esto, unido a la posibilidad de realizar la prueba con una máquina abierta y con un sistema de infoentretenimiento, nos convierte en una de las clínicas de referencia en el diagnóstico médico.
¿Sientes o has sentido alguna vez claustrofobia?¿Has tenido dificultades para superar alguna prueba diagnóstica como la resonancia magnética? Déjanos tu experiencia en comentarios.
9 respuestas
Gracias por el artículo relativo a la Claustrofobia. Personalmente no me considero una persona claustrofóbica pero al leer que viendo situaciones claustrofóbicas en televisión o internet te pueden dar sensaciones de ansiedad y miedo a sitios cerrado. Eso puede significar que puedo padecer ansiendad en un grado pequeño a medio si me hago una resonancia.
Nunca me he hecho una, pero si me la hago será en Centro de Diagnóstico.
¡Muchas gracias por su aportación, Alberto! Efectivamente, visualizar una situación claustrofóbica, ya sea en un vídeo o en nuestros pensamientos, puede llegar a generarnos algo de inquietud. En el caso de la resonancia, no se preocupe, contamos con equipos abiertos y un novedoso sistema de entretenimiento para facilitar al máximo el proceso de la prueba a los clientes que sufran diferentes grados de claustrofobia. Además, tendrá el acompañamiento en todo momento de un espléndido equipo humano.
L@s chic@s que me atendieron son muy amable y respetuosos. Un gran servicio de calidad y prontitud. Gracias al equipo técnico por el apoyo a la hora de tener claustrofobia.
Muy recomendable.
Acabo de hacerme una resonancia magnetica y la verdad es que me ha costado mucho ” trabajo” Se me hizo muy pesado y largo.
Del personal no puedo decir nada malo. Muy amables. Les dije que tenia panico del aparato y me explicaron todo muy bien.
La lastima es que no me han ofrecido de antemano de hacer uso de una maquina abierta. De haberlo sabido hubiera optado por esa solucion. Bastante mas llevadera que rl tubo que he tenido que soportar.
Hola toda la semana estuve preparándome para hacer el estudio de Pet – Tac. No pude dormir bien, fui nervioso, el calor no ayudaba, pensé que lo podía hacer, pero a los 20 minutos, pregunté cuanto faltaba y eran 20 minutos más No aguantaba más y pedí que me sacara
Quéde mareado y muy nervioso. Vere que hago para poder lograrlo.
Aclaro que soy grandote y peso 129 kg , aunque hay gente delgada que también le pasa.
Es un feo momento el que pase.
Soy muy claustrofobica.
Tres veces he ido a hacerme resonancia, y las 3 veces me fui sin poder hacérmela, a pesar de haber tomado el ansiolítico que me proporcionaron.
Hace poco subí al metro en Madrid, y como empezó a subir mucha gente, empecé desesperada a abrirme paso hacia la puerta y logré bajarme…totalmente sudada.
La única manera que yo he podido realizarme una Resonancia ha sido con sedación o anestesia…. todo lo demás no sirve de nada ( al menos a mi). CLAUSTROFOBIA.
Me fue imposible reizar la prueba por claustrofobia .me dio un ataque de pánico y parecía que no me llegaba el aire … Me la pediran con anestesia para no sufrir …
Buenos días,
Debido a mi problema de espalda me han realizado varias resonancias, siempre las he realizado en Centro diagnóstico y solo una vez en el Hospital La Inmaculada de Granada y hasta la semana pasada más o menos todo bien. Tuve que ir a Vithas a realizarme una resonancia pero cuando vi la estrechez del tubo todo empezó a ir mal, muy mal. Incluso probaron a hacérmela en otro aparato en abierto pero de abierto era poco. En el primero me rozaban los codos y en el segundo casi la frente, automáticamente pulsé el “botón del pánico” y salí con una ansiedad tremenda. Así que me encuentro de nuevo en centro diagnóstico donde entro más relajado debido a la amplitud de sus aparatos.
Un saludo y gracias por el artículo